Y entrada a una de esas tipicas cabinas tan british... y no precisamente para hablar por teléfono...
31 de diciembre
El 31 se presentaba intenso. Decidimos que por lo pronto íbamos a prescindir de visitas turísticas por Londres, ya que tampoco íbamos a tener mucho tiempo, y nos decantamos por practicar una de las actividades que más gusta hacer en Londres. El shopping!!
Me costó trabajo levantarme, lo reconozco. Por las mañanas soy lo peor, mono total...
Y un mercadeo en Londres no puede pasar sin visitar Candem Town, cuna del ambiente más bizarro, alternativo, centro de las falsificaciones chinas, y la comida internacional. Una pasada, vamos...
Juanka se volvió loco buscando bolsos para las amigas...
... y yo mirando la vida pasar...
bueno, más que la vida, era un pedazo de colombiano que estaba sobre el puente de entrada a Candem!!
Y allí los dos disfrutando de las tiendas, de la conversación de un chico musulmán al que le gustó un anillo que llevaba puesto con una inscripción en árabe, y al que cai tan simpático que me puso a muy buen precio una
funda para los esquís.
También estuve buscando un sex shop donde la anterior vez que estuve, me compré una buena provisión de cockrings, y que regentaba un argentino muy mono y vicioso. Pero no fue día de suerte, la tienda cerró, y el argentino desapareció. Una pena, quería recordar otros tiempos.
Juanka por su parte tuvo movida con la chica que nos vendí la comida, un arroz delicioso africano, pero la pobre no se enteraba de lo que era un tenedor. Y allí estaba él, como buen español, que dejó de lado su inglés para, en castellano y en voz alta, gritarle lo tonta e inútil que era. Fué total, la pena fué no haber hecho foto a ese momento comunicación española.
De vuelta, camino de Harrods a hacer las últimas compras, entre otras cosas mi modelito de Nochevieja, que por problemas de espacio no pude echar en la maleta, y la cena.
Y una vez llegados al hotel, en el ascensor nos dimos cuenta de la cantidad de marientendidas que se alojaban allí. Claro que como llegamos el día anterior, no nos percatamos, pero el momento ascensor fué total. Tres tiarrones hambrientos, nosotros, un chaval que nos persiguió por los pasillos, que no tendría más de 17 (al que lógicamente ni caso) y un momento mío chupipaja en la habitación de uno de los tiarrones. A Juanka lo perdí de vista... Todo en una hora escasa... en dos plantas del hotel, y sin mediar palabra. Me encanta mi papel de guiri!!!
No, no es un condón. Es la pastilla que se tuvo que tomar el pobre por el resfriado que llevaba, empeorado por los cambios de temperatura... el calentón del ascensor, claro...
¿La cena? Ensalada china con gambas y cangrejo, 10 piezas de sushi, lomos de salmón, y torta libanesa, de la estupenda sección de precocinados de Harrods, todo regado con un exquisito cava reserva de Codorniú llevado expresamente desde España. Totalmente internacional y exquisita, y no, no estaba patrocinada por el Corte Inglés, solo fue un mantel improvisado con una funda de traje.
Amenizado con un especial de Sugababes que emitían por televisión (ayyy Manu lo que me acordé de tí)
En fín, aquí duchaditos de nuestros escarceos previos, y dispuestos a mandar a tomar por culo el 2006. Que ganas tenía!! Chin chin!!!
Los modelitos, en mi caso camiseta de Roberto Cavalli, esmeraldas de Colombia, pantalones RG512 y deportivas Levys. La cazadora, cedida por mi ex.
Salimos del hotel con los benjamines de cava llenos de buen Bourbon, dispuestos a no gastarnos un duro en las cutrecopas que venden en Londres (para que os hagais una idea... por 3 veces lo que vale una copa aquí, tienes 3 veces menos de licor, y el resto un zumo raro con soda... no he visto ni una sola Coca Cola y derivados en ningún pub), con las uvas en mano, e intentando pro todos los medios conectar con españa por videollamada a las 11 de la noche (12 en Espàña) para tomarnos las primeras uvas. Era un momento para compartir en la distancia con los amigos, aunque el resultado fue que en vez de videollamada, fue una llamada de móvil entrecortada, nos tomamos las uvas con retraso, por poco nos pilla un coche, yo tomé 11 ya que con los nervios una fue a parar a una alcantarilla de Tottenham Court Road (mal asunto...) y fué la última comunicación que logramos entablar con España, hasta unas horas después.
Aun así, nos dió tiempo a una foto antes de salir corriendo para ver los fuegos artificiales del London Eye (esa noria de Norman Foster fantástica, a orillas del Thamesis).
Como no, y tras conseguir atravesar una marea humana de miles y miles de personas, no sé cuantos controles policiales, un montón de ingleses a esas horas ya borrachos como cubas (nosotros aún controlábamos pero el whisky subía que daba gusto), conseguimos un buen sitio frente a la Noria, y nos dispusimos a comernos las siguientes 12 uvas, esta vez con las campanadas del Big Ben (caeréis en la cuenta del título del post, 11+12).
Los fuegos artificiales son impresionantes, nada más que por esto ya merecía la pena el viaje. Tengo ganas de ver algo parecido por España... Por cierto, nosotros grabamos un vídeo, pero para verlos en su esplendor, nada como la retransmisión por la tele. Se ve infinítamente mejor, donde va a parar!
Y ya, después de tan fantástico espectáculo, pelín borrachuzos, empezamos a dar vueltas a una manzana, despistados por las indicaciones a mala leche de un policia...
y con una parada técnica de por medio... (lo siento de verdad, no me gusta hacerlo, pero no podía aguantarme más!!!)
Llegamos al Soho a empaparnos del ambiente londinense. Fue una decisión difícil, teníamos que elegir entre una macrofiesta carísima en alguna discoteca -en la que no íbamos a consumir nada (hay para lujos pero tampoco somos las Koplowitz) y donde la única alternativa era ponernos hasta el culo de toda clase de drogas (y hasta el culo de otras cosas también, eso nos enteramos después)- o elegir entre petardear por los bares del Soho e intentar practicar un poco más de vida social.
De todos los sitios donde intentamos entrar (en algunos no nos dejaron, los porteros son igual aquí que allí) el mejor, el G.A.Y. Bar, cerveza barata, ambiente más bien niñatil, pero buena música y divertido.
Aquí un poco antes de quitarme de en medio a un peruano, simpático él, pero... no era del gusto. Yo esa noche quería practicar inglés, o cualquier otro idioma, se entiende no?
Y aunque no se vea del todo bien, estábamos ya muuuuuuuy puestos. De allí, a una cafetería llevada por un par de italianos muy interesantes... muy dicharacheros... y muy Emmett de Queer as Folk...
Y esto fue todo en Nochevieja. Sin churros ni churras, sin acabar tirados por el suelo, con todo pub cerrado a las 5 de la mañana, nos fuimos al hotel a descansar, no sin antes recibir, sobre las 6 de la mañana, una inesperada llamada de Manu, que desde Algeciras, me terminó de alegrar la noche. Y la pregunta es... por qué no fuisteis a Fabric a encontraros con los españolitos del avión, o al Heaven a acabar con las pollas lustrosas?... buena pregunta... un poco me arrepiento pero... 40 o 50 libras, que al cambio son 60 o 75 euros, para acabar en el punto anterior de reflexión sobre las discotecas, ya era demasiado. El dinero en Londres se va una barbaridad, y además, aún queríamos aprovechar bien el día siguiente para turistear.
1 de eneroMenos perjudicado de lo que pensaba, ayudado tal vez por las 4 pastillas de ibuprofeno que me metí para combatir la resaca, nos levantamos dispuestos a disfrutar de un agradable y largo paseo visual, del Londres más típico.
Y lo típico en Londres, entre otras cosas...
Picadilly de día...
Trafalgar Square...
Pasadas para contemplar detalles artísticos y una visita a la Reina... (detalle, los friky-londres vestidos de época...)
garbeo por la zona financiera de Londres, hasta llegar a la Abadía de Westminster y, como no, el Big Ben...
para parar a almorzar un simple bistec en un típico barecito casposo inglés.
Y ya repuestos, con unas cuantas cervecitas en el cuerpo, a admirar el atardecer londinense, camino de la New Tate, aunque el paseo se vió interrumpido por un esplendoroso aguacero, que nos hizo regresar al hotel, empapados y congelados. Cuando el frío aprieta, aprieta bien. Eso sí, antes de llegar, parada en un sex shop a comprar una guía de locales bizarros de Londres, y yo el correspondiente cargamento de poppers, con la intención de acabar la tarde relajadamente en una sauna. Y no, no fue posible el momento relax, pues sorprendentemente, en el Soho no encontramos ninguna y la más cercana, estaba en el quinto carajo.
Tras el fallido intento de relax de tarde, y como la noche anterior fue... corta... una vez duchados y cenados (esta noche tocaba de nuevo japo) nos lanzamos al Soho a disfrutar de nuestra última noche, e hicimos un interesante recorrido por los más diversos pubs, cuyas valoraciones se pueden ver en las fotos.
aquí la cafetería italiana en la que estuvimos la noche anterior...
el Bar Soho, donde ya nada más que por entrar, nos clavaron 3 libras, para encontrarnos un pub cutre, con camareras estúpidas, bebida carísima y vacio (en este sitio, no nos permitieron la entrada la noche anterior... aún pienso lo masoca que es el personal, manteniendo este tipo de antros)
el Village... comparado con el anterior, un lujo de sitio, pero ambiente muy extraño y un portero un poco tonto...
el G.A.Y. Bar, donde pasamos la Nochevieja estupendamente...
y el G.A.Y. Club (son como los Arena de Barcelona, un nombre para 4 sitios con ambientes diferentes), en el que cerramos la noche, yo asaltado por un granadino (manda webos en Londres) y Juanka, con un camarero italiano guapísimo que le pidió que lo esperara que terminase de trabajar...
2 de eneroÚltimo día en Londres. Como el avión lo cogíamos a mediodía, solo tuvimos tiempo para hacer salida del hotel, un garbeito por Oxford Street para hacer alguna comprita aprovechando las rebajas (que en Londres empiezan el 28 de diciembre) y poco más.
Así que desayuno tranquilo en un Starsbuck, y alguno pensará... que miras tan absorto a través del cristal?...
siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!... Marina D'Or ciudad de vacaciones también en Londres!! La epidemia de Oropesa del Mar, no contenta con amargarnos la sobremesa televisiva, los capítulos de Bea, y convencernos de lo beneficiosas que son las algas marinas de su balneario de agua salada, extiende sus redes por Europa... y yo me pregunto... allí no montarán un Malaya II? porque ya me contarán tanta pasta de donde sale... este local debe de costar una fortuna! Ah... y el inglés del periódico, todo un personaje, ni se inmuta. Lo más normal!!
Total, que ya con el equipaje en mano, despedida al Freddy Mercury del musical, y rumbo a la estación de bus, camino del aeropuerto.
Y como dice Juanka, que soy la "sin límites", cómo no iba yo a echarle el ojo a un tierno muchachito, que muy guapo pero muy tonto que no se coscó de nada; eso sí, la novia, justo al lado, que sí se dió cuenta del tonteo. Están a la derecha de la foto. Ampliad ampliad, que esa cara de gata marcando el territorio es digna de marco!!
Tras un tedioso control de seguridad en el aeropuerto, donde nos hicieron hasta descalzarnos, rumbo a Granada, muuuuuuy cansados pero contentos. Ha sido una formidable entrada de año.... hasta que llegué a mi casa, donde de vuelta a la cruda realidad, me esperaba una nueva sorpresa: el techo de parte de mi casa derrumbado en mi ausencia...
Ni qué decir tiene... el sueño duró poco, y empezaba un añito que ha venido cargado de sinsabores. He preferido omitir detalles como el plantón de Nacho allá en Londres, la mala educación londinense donde perfectamente te pueden pegar un empujón que acabes en el Thamesis y ellos como si nada, te sueltan un "sorry" y con eso está solucionado todo, la mala gestión del transporte público, donde, además de ser carísimo el metro, no se entiende que para sacr un ticket haya que hacer colas kilométricas porque no les da por arreglar los expendedores automáticos, ese sentimiento de superioridad patético hacia los españoles, cuya consecuencia es una mala educación insoportable, lo absurdo y paranoico de los controles de seguridad del Aeropuerto y el maltrato constante después de pagar un riñón pro un billete de avión, ese Soho mitificado, pero que a fin de cuentas, Chueca en lo gay es lo más avanzado y liberal de Europa (y eso que no me gusta Chueca)... en fin, que Londres muy bonito, pero hay cosas...
Solo espero repetir viajes así. Por lo pronto, la intención de que cada año nuevo sea en una ciudad diferente. tal vez el siguiente destino sea Amsterdam, Sydney o Nueva York... ojalá todo vaya bien y lo haga realidad.