sábado, 17 de marzo de 2007

tiempo relativo

Es curiosa la sensación que uno mismo tiene del paso del tiempo. Hay días que vuelan, y días que se hacen eternos. Semanas y meses pasan, más o menos rápido o lento, y esta sensación no depende de segunderos, cuyo ritmo es constante (o eso parece), sino más bien del reloj interno que cada uno llevamos dentro. Misterios del ser...

Estos últimos meses, en mi vida, todo va muy deprisa. Casi sin darme cuenta, para mí que fue ayer cuando hablaba de las tardes de invierno en Granada, y ahora me asomo a la ventana y contemplo el radiante cielo de Granada, los ensayos de los costaleros de la cofradía de mi calle, ante la llegada de la Semana Santa, muestras de la llegada de la primavera. Los días se van haciendo más largos, el sol empieza a lucir espléndido, todo muy rápido.

Dicen que esa rapidez del tiempo es porque uno se encuentra bien y feliz. Puede ser. Yo uno a este hecho las consecuencias que conllevan mantener una relación a distancia. El carpe diem se modifica sustancialmente, para convertirse en un "exspecto diem" (algo así como aguardar el dia). Esperar el día para estar con el ser querido, vivir las horas intensamente, y ver... lo rápido que pasan, para volver al tiempo de espera del siguiente momento. Esta discontinuidad a veces no se lleva bien, pero hay poco que hacer. Mejor eso que nada.

Este fin de semana tocaba quedarse solo. La espera esta vez se alarga varios días más. Manu ha ido a Algeciras y yo, tras la decepción inicial de no verlo este fin de semana, me he tomado la situacion en plan positivo. Un fin de semana para mi solo, para ordenar pensamientos, ideas, hacer un parón en esta vorágine de relación que tan rápida y discontínua va. Estos parones repentinos son buenos; además de cambiar la rutina del plan fijo para el fin de semana, hace que las ganas de verlo y sentirlo aumenten. Y tengo que acostumbrarme, a fin de cuentas, casi todas mis relaciones han sido a distancia, y esta sin duda es en la que más veo a la pareja.

Toda esta introducción viene a cuento de mi plan para hoy sábado. Llevo varios meses escribiendo cosas en este blog, y aún no había hecho referencia a la que, sin duda, es mi película favorita, esa que perfectamente he podido ver más de cien veces, y aún la sigo poniendo, le sigo descubriendo cosas nuevas y en cada momento me dice algo diferente.

Hablo de "Piedras", gran película del malagueño Ramón Salazar, estrenada un 8 de febrero hace ya cinco años, y que, desde que asistiera a su estreno de Granada, acompañado de Diego, mi primer y más duradero novio, no he podido dejar de ver hasta ahora. Para quien la haya visto y sea receptivo a todo lo que en ella se cuenta, sabrá de lo que voy a hablar. Para quien no la haya visto, ya está tardando en ir al videoclub más cercano. "Piedras" es, más que una película, una sucesión de momentos, historias entrelazadas, cada una con sus caracteres, son muchos mensajes. Es una película coral en la que hay tanto contenido, que dificilmente alguien, cuando la ve, no perciba algún paralelismo con su vida, con su ser, con sus recuerdos.

En mi caso, después de cinco años, la he tenido siempre presente, desde la primera vez que la vi, y todo lo que viví en años posteriores, me ha abierto los ojos en unos momentos, me los ha hecho cerrar de emoción en otros. he llorado mucho con ella, si, más que con la película, con la interpretación en mi vida que yo hacía de cada escena. Parece mentira que un guión pueda dar tanto de sí.

Y hoy toca verla de nuevo, me ha surgido esa necesidad. No es que sea mi Biblia y conforme a ella actúe, no, no soy tan friky, pero si que me gusta ver cómo evoluciono, desde la última vez que la vi, hace ya tiempo, o de las anteriores veces en estos cinco años (ya dije antes que han sido muchísimas veces).

Para abrir boca, dejo aquí enlazado el monólogo más sublime de la película. No voy a hablar de la fantástica interpretación del reparto, todo de lujo, pero este momento de Najwa Nimri es, para mí, de los mejores que he visto nunca en ningún cine. Decir también que la banda sonora acompaña bastante bien en todo momento. Disfrutadla, como yo lo haré.



3 comentarios:

gaysinley dijo...

Sigo viendo tu blog, y me he sobrecogido leyéndolo, porque era como si en parte estuviera viendo mi propio post y una vida paralela, te dejé un coment en el entierro de la sardina, yo también he tenido esa misma sensación de la relación a distancia, por ello, el bajar tanto a Granada... y esa nostalgia... me siento muy identificado con todo lo que dices...

Pero para más Inri, me topo con "Piedras", mi peli favorita, y me ha pasado lo mismo que a tí... esta película ha cambiado mi vida... ha transpasado la pantalla desde que la ví y ha influido mucho en mi persona... hasta me tengo que escapar a Lisboa de vez en cuando (y olvidarme de que ésta, y cualquier ciudad, a veces está tan triste como yo)... y veo a Leire recitando la carta del final...

Deseo, deseo, deseo. Quiero con todas mis ganas ser feliz, ser lo que siempre quise con mucha ilusión, y con eso hacer un poquito feliz también a los que me rodean.
(Es mi filosofía de vida desde que la ví, aunque no siempre lo consigo)...

Si buscas el post en mi blog, es de hace tiempo, pon "Piedras" en el buscador y ya está... Sabes?... llevo en el mp3, la canción de 10,000 maniacs (Noah's Dove), y la escucho todos los días en el metro cuando vuelvo del trabajo, me relaja...

Ay, qué bien.

Qué bien Granada, Nikosillo.

Beso

gaysinley dijo...

Por cierto, que pesado soy, pero decirte por si no la conoces, pasate por la página de Piedras, yo dejé mi huella:

http://es.geocities.com/piedras_blog/index.html

Otro beso.

Anónimo dijo...

"No es que sea mi Biblia y conforme a ella actúe, no, no soy tan friky".... bueno.... tambien tienes tus Biblias poco ortodoxas... ;P

Ains, el exspecto diem, yo tambien lo siento...